martes, 25 de marzo de 2008

Un relato científico, por Anahir de 5º B

Era 1.752, estaba lloviendo, yo venía con mi primo del instituto. Ese día habíamos tenido un examen de Ciencia. Ya nos habían dado las notas ese mismo día, pues teníamos clase otra vez a cuarta hora. Los dos aprobamos. El profesor nos dijo que si queríamos subir nota tendríamos que hacer un invento o un experimento y traerlo la semana siguiente.
El profesor nos fue llamando por orden y nos preguntó que íbamos a hacer. Yo le dije que iba a hacer un experimento con dos ratones. Cuando le tocó el turno a mi primo le dijo que iba a crear un invento. El profesor se quedó con la boca abierta porque pensaba que nadie sería capaz de intentar hacer un invento. A los pocos minutos “¡RING, RING!” la sirena para irnos a casa. El profesor nos dijo:

-Que paséis una buena tarde.

-Igualmente- le contestamos nosotros, y a continuación nos fuimos.

Ya en casa, mi primo empezó a hacer su invento y yo mi experimento. A él le iba bien la cosa, pero esque a mí, dios, no había manera de coger dos ratones de los cinco que había correteando por el desván, y claro, yo los necesitaba para el experimento. Al final los di cogido. Cuando regresé del desván mi primo iba muy adelantado. Su invento ya parecía otra cosa. Yo le pregunté:

-Benjamín, ¿Cómo se va a llamar tu invento?

-No sé, a lo mejor pararrayos, lo que pasa es que cuando termine tengo que probarlo para ver si me sirve- me contestó él.

A la semana siguiente llegamos al instituto. Allí estaba Thomas Edison, presumiendo de que su invento iba a ser el mejor. Mi primo pasó por delante de él y le dijo:

-Bueno, ya veo que crees que vas a ser el mejor.

-Claro, ¿o que te habías pensado, que ibas a ser tú el mejor?- respondió él.

-Pues sí, porque mi invento sirve para toda la gente y el tuyo solo para los ricos.
Thomas no dijo nada más y se fue muy enfadado.
Al llegar a clase, el profesor vio el invento de Thomas y el de mi primo y dijo:

-Bueno Thomas, esta vez tu invento no te va a subir mucho la nota, en cambio el de Benjamín si se la va a subir bastante.
Mi primo se alegró y dijo:

-Pues a un no sé si funciona. Venid conmigo fuera y vemos si va.

Salimos todos afuera, había tormenta, un rayo venía hacia nosotros, pero el inventó de Benjamín lo paró. Acto seguido mi primo anunció:
-Sí, funciona.

-¿Cómo se llama y para qué sirve?- preguntaron todos.

-Se llama pararrayos y sirve para atraer a un rayo y canalizar la descarga eléctrica hacia tierra.

-¡Guau, cómo mola!- dijeron todos.

Y ahí empezó la carrera de Benjamín Franklin, mi primo.


FIN

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